Comentarios Celebración
Estonia y todos estos nuevos países donde no hay una industria del cine consolidada verán de repente que hacer películas está a su alcance. Ya no piensan: si no luce como Star Wars no podemos hacer una buena película. Pues sí que puedes. Solo por eso creo que Dogma 95 es algo fantástico.
La única respuesta fue: ¿entonces por qué estás aquí si odias tanto las películas? Era extraño porque yo no le decía a la gente que no hiciera cine. Yo les decía: así es como yo voy a hacerlo.
Lars Von Trier – director del movimiento
El objetivo es enfrentarnos a lo que el negocio del cine es realmente, no darle un nuevo color. La idea es colocarnos ante su espejo y decirnos a nosotros mismos: mira, hay otra manera de hacerlo.
Nos llevó como media hora escribir las reglas, quizás menos. Nos preguntamos ¿qué es lo que utilizas normalmente para vestir un film? Maquillaje, decorados, música, iluminación, etcétera, y lo prohibimos todo. Pensamos que si no tienes ninguno de esos elementos has de esforzarte cada segundo para enganchar al espectador utilizando solo a los actores y la cámara.
Thomas Vinterberg – director del movimiento
Siempre lo comparamos con la moda de los discos y conciertos unplugged de los años 90, ¿por qué demonios tipos como Eric Clapton tocaban en acústico? Pues probablemente porque estaban rodeados de una gran tecnología en los estudios, podían hacer lo que quisieran, samplers, reverberaciones, cambiar su tono de voz, toda clase de trucos. Y de repente esos tipos quisieron volver a lo esencial, a la forma más pura de su trabajo como músicos. Pues eso es exactamente lo que queremos hacer nosotros con las películas.
Soren Kragh-Jacobsen – director del movimiento
Damos inicio al último ciclo de este año con Cine en el Palacio. Dogma 95: el manifiesto danés, tal el título que engloba este compendio de películas, destinamos cuatro funciones y un repaso significativo al que se considera el último gran movimiento cinematográfico. El Dogma 95, con sus raíces en Europa y llevado adelante por dos cineastas daneses Lars von Trier y Thomas Vinterberg, tiene sus reglas rígidas y a veces no tanto, además de un certificado propio a cada film que avala su pertenencia. La ola se genera como respuesta al cine comercial, las superproducciones hollywoodenses, y busca con ansia volver a las bases del cine en su concepción de las obras, donde lo fundamental es la cámara, un grupo de actores y un guion poderoso.
El manifiesto contiene 10 puntos que deben ser respetados, o eso fue lo que sus creadores decretaron en primera instancia.
1. Los rodajes tienen que llevarse a cabo en locaciones reales. No se puede decorar ni crear un "set"/ 2. El sonido no puede mezclarse separadamente de las imágenes o viceversa (no debe usarse música, a menos que se grabe en el mismo lugar donde la escena se está rodando)/ 3. Se rodará cámara en mano. Se permite cualquier movimiento o inmovilidad debido a la mano/ 4. La película tiene que ser a color. No se permite ninguna luz especial ni artificial (si la luz no alcanza para rodar una determinada escena, la escena debe eliminarse o, en rigor, se le puede enchufar un foco simple a la cámara)/ 5. Se prohíben cualquier efecto óptico y los filtros/ 6. La película no puede tener una acción o desarrollo superficial (no pueden mostrarse armas ni pueden ocurrir crímenes en la historia)/ 7. Se prohíbe la alienación temporal o espacial. (Esto es para corroborar que la película tiene lugar aquí y ahora)/ 8. No se aceptan películas de género/ 9. El formato de la película debe ser el Académico de 35mm/ 10. El nombre del director no debe aparecer en los títulos de crédito.
La primera película del ciclo, que dio inicio en la práctica al Dogma, fue Celebración (1998, Thomas Vinterberg). Al estilo de El ángel exterminador (1962, Luis Buñuel), una familia burguesa permanece en la lujosa casona para el festejo de los sesenta años del patriarca durante día y medio, donde “sin poder abandonarla” se revelan oscuros secretos y somos parte de situaciones hilarantes. La película ganó el Premio del Jurado en Cannes en 1998, tuvo una buena recepción en salas, fue adaptada al teatro en varios idiomas y por sobre todo, fue el puntapié inicial a las obras que se acoplaron al movimiento.
Si bien Dinamarca nos llevó a disfrutar del talento de Carl Theodor Dreyer (1889-1968), entre otros, el Dogma 95 volvió a poner en la escena mundial a ese país potenciando nuevos cineastas y una forma de hacer cine.
Los esperamos el próximo martes 5 de noviembre a las 18.00 hs
Museo Evita Palacio Ferreyra
Avenida Hipólito Yrigoyen 511, Ciudad de Córdoba, Argentina
+54.351 - 434 3636
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